Proyectos Monclova presenta la exposición Punto ciego de Yoshua Okón.

Yoshua Okón presenta Punto ciego, una exposición conformada por pinturas que señalan los obstáculos de la percepción humana. El artista reflexiona sobre la visibilidad en las imágenes al subrayar la incapacidad del cerebro de percibir la totalidad del entorno y, por ende, las limitaciones respecto a nuestras ideas sobre la realidad.

Okón parte de las cartas de Ishihara, una prueba de color creada por el oftalmólogo japonés Shinobu Ishihara para detectar el daltonismo a partir de cartas pintadas con puntos de distintos tamaños utilizando diversos colores. Cada carta contiene símbolos visibles para las personas tricrómatas, es decir, aquellas que logran ver los tres colores primarios, pero no visibles para personas daltónicas. Asimismo, el oftalmólogo creó cartas inversas en las que los símbolos son visibles para las personas daltónicas e invisibles para la gente con visión promedio.

En función de estas últimas y como daltónico, Okón hace diez pinturas de gran formato en las que se aprecian puntos con variaciones sutiles de color. Cada pintura contiene una letra y en su conjunto las diez obras forman una frase que puede o no ser vista según las capacidades cromáticas de cada persona.

En esta exposición, Okón apunta hacia las limitaciones en la percepción visual y así alude a las limitaciones conceptuales y al papel que desempeña la ideología en la invisibilización de aspectos de la realidad.

El interés por la percepción de la realidad es un tema que el artista ha trabajado a lo largo de su carrera. Punto Ciego plantea así una crítica a la concepción moderna que ha creado la ilusión de que podemos tener un acceso total sobre el mundo y nuestro destino. Una concepción que, a su vez, ha dado como resultado una cultura antropocéntrica cuya hibris ha derivado en un mundo en crisis.

Una vez más, la obra de Yoshua Okón hace a los espectadores protagonistas de su obra.

Nuevamente, el artista colabora con los visitantes de la muestra al incluirlos como parte activa de la decodificación de los símbolos que contienen las pinturas en su conjunto. Las piezas implican a los espectadores al involucrarlos en el cuestionamiento sobre el estatus de su propia mirada.

— Yoshua Okón