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Rodrigo Hernández: conversación circular

Entrevista

Rodrigo Hernández: conversación circular

por Carolina Magis Weinberg

En el sótano del Museo Jumex hay una inundación de círculos negros, una imagen en la que se puede transitar entre dimensiones

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Tiempo de lectura

7 min

En el sótano del Museo Jumex hay una inundación de círculos negros, una imagen en la que se puede transitar entre dimensiones, entre figura y fondo, entre positivo y negativo. El difuminador de distancias responsable de este evento espacial es el artista Rodrigo Hernández, quien presenta El espejo*. Su instalación es un ejercicio de cercanías: algunas físicas –en el espacio– y otras virtuales –en el tiempo. Quien visite con curiosidad la imagen-espacio encontrará entre el plano y el volumen discretos listones rojos que abren cajones camuflados. Dentro de ellos descubrirá cartas ficticias entre dos personajes de la historia de la imagen y del diseño: Antonio Grass (Colombia) y Verner Panton (Dinamarca), ambos con búsquedas paralelas en diferentes esquinas del mundo. Jamás se encontraron, hasta ahora, uno es el círculo y el otro la semiesfera. La muestra es una yuxtaposición de dicotomías, una suma de duplicidades que al estar juntas simultáneamente se suman y se anulan convirtiéndose en algo más, un tercer espacio liminal. Es ahí, en la alquimia visual de la sobresaturación y el alto contraste de patrones que radica el posible encuentro, una distancia unida por las formas superpuestas; es ahí donde está el espejo.

Al salir de ese espacio empapada de círculos me quedé con algunas preguntas.

Querido Rodrigo:

Tengo una pregunta para ti, si quieres puedes consultar con Antonio y Verner la respuesta: ¿una esfera reflejada en un espejo se convierte en círculo?

Carolina

Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves
Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves

Hola Caro,

No es una pregunta fácil de responder. Depende de si los ojos de la esfera están perfectamente alineados con la superficie del espejo; de en qué ángulo se miran. También es una variable a considerar de dónde proviene la luz, y si esto provoca que aparezcan o no sombras en la esfera que revelen su volumen. Pero la luna es un buen ejemplo de que no es tan fácil saber qué es lo que se ve cuando se mira a un objeto.

Rodrigo

Querido Rodrigo:

Un ojo en una esfera. Dos ojos en una esfera. ¿Los ojos son círculos o son esferas? ¿Una esfera tendría solamente dos ojos? ¿Si cuadriculáramos la esfera y en cada espacio pintáramos un círculo? ¿La luna es un espejo?

Carolina

Hola Caro,

La luna me ha fascinado desde hace mucho tiempo. En 2009, sentados en un parque le propuse a mi maestra Silvia la pregunta: "¿Qué es la luna?". En lo que estuvimos de acuerdo de inmediato es en que con esta pregunta no aparecía intención alguna de encontrar respuestas. En cambio, funciona como invitación a un estado de ensoñación, más que de reflexión; o como un acuerdo de principios para una conversación libre de toda atadura y propósito como las que tienen a veces los niños. En este sentido, si alguien dijera que la luna es un botón, ¿por qué estaría mal?

Hace poco leí que la luna, en la oscuridad, refleja. Y tal vez esta es otra manera de decir que la luna es el espejo de nuestros sueños.

Rodrigo

Querido Rodrigo:

Además de las preguntas en un parque, ¿cuáles son otras formas de llegar a esos estados de ensoñación? ¿Se podría llegar ahí viendo un millón de círculos en simultáneo?

¿La ensoñación es algo cercano al mareo, a la saturación? ¿Soñamos con los ojos?

Carolina

Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves
Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves

Hola Caro,

Justo sobre esos diversos caminos hacia un estado de ensoñación –por ponerle un nombre ahora–, he estado leyendo recientemente. Por ahí me encontré con una idea del psicólogo Thimothy Wilson que proponía que el modelo tradicional de conciencia en occidente, en el que esta era el significante fundamental de la existencia humana, no se ajustaba del todo con la realidad contemporánea. En cambio, dice, la conciencia es más bien un fenómeno efímero que sólo entra en funcionamiento cuando debe, es decir: cuando somos sorprendidos por circunstancias excepcionales que requieren su activación. Fuera de estos momentos, afirma Wilson, "navegamos por el mundo como lo hace un perro en un estado onírico de semi-conciencia". Hay un texto al que vuelvo seguido de David Hickey que relaciona esta subversión de la definición de la conciencia con el Op-Art; diciendo que una pintura óptica es una lección acerca de ese umbral a partir del cual nuestra capacidad de interpretar al mundo comienza a degradarse y finalmente termina por desintegrarse completamente. A través de un método literal, es decir: basado en nada más que en la visualidad, este tipo de arte insiste en la absoluta otredad de un mundo que existe más allá del "yo". Visión y conocimiento son dos conceptos que aparecen muy comúnmente asociados, pero podríamos preguntarnos hasta qué punto esta asociación se sostiene y por qué razones debería de hacerlo.

Rodrigo

Querido Rodrigo:

Recuerdo que en la charla inaugural de tu exposición contaste que los moldes utilizados para los elementos tridimensionales eran objetos esféricos plásticos que se usan como mirillas para que los perros se asomen a ver el mundo, permitiendo un contacto visual con el afuera desde adentro. A partir de lo que afirma Wilson, ¿piensas que asomarse por esa mirilla permitiría salir de ese canino estado onírico para ver la conciencia?

Carolina

Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves
Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves

Hola Caro,

Te comparto algo que escribí el día después de inaugurar la exposición en Medellín: "Es posible introducirse al espacio interior de una escultura y ver lo que contiene. En un sentido formal, físico y espacial, pero también metafórico, es posible ingresar a su composición conceptual. Ingresar a la red de formas que la formaron, y de imágenes que la imaginaron”. Pero, como mencionas, vale recordar la función original de esas semi-esferas de acrílico que usé para construir estas esculturas: sirven para cubrir un agujero que se hace en la parte baja de una pared con el fin de que un perro pueda asomarse al exterior. El perro nunca consigue salir, pero sí alcanza a tener una vista parcial y limitada de lo que sucede afuera; manteniéndolo "presente" en la calle aunque siga adentro. También es importante el hecho de que no se trate de una esfera completa, cerrada; no es una forma autocontenida. Es, en cambio, una semiesfera, y, en el caso ya de las esculturas, su otra mitad invisible está en el mismo territorio del espectador. De hecho, de la esfera no queda más que una pielun espacio moldeado para recibirla, una especie de impresión o reflejo de un cuerpo invisible. La línea que separa/une esas dos mitades es invisible y la visión es algo que va y viene atravesando esa línea. En el mundo interior de una escultura confluyen muchas fuerzas, intenciones e ideas y yo siento que las humanas sólo son una parte de ellas, sólo uno de los cauces de un gran flujo de fuerzas viajando en todas direcciones. Si una escultura es ese punto de cruce, su núcleo es esa esfera dividida que recibe y es atravesada por la visión.

Rodrigo

Querido Rodrigo:

Me quedo entonces ahí, en el límite entre semiesfera y mundo. Finalmente, te dejo la pregunta que me intriga desde que me sumergí en tus patrones: ¿una carta es un espejo?

Carolina

Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves
Rodrigo Hernández, El espejo, 2022. Cortesía del Museo Jumex. Foto: Ramiro Chaves

Hola Caro,

Sí, puede serlo. Cuando lees algo que alguien más ha escrito –por ejemplo, una persona que amas– estás intentando ver su cara viéndote mientras lees, te imaginas sus palabras pronunciadas para ti y a él escuchándolas mientras lo hace. Hay toda una ilusión que crea una carta para intentar acortar la distancia que significa. Uno se refleja en esa carta, pero lo que ves es al otro.

Rodrigo

*: El espejo de Rodrigo Hernández se presenta en el Museo Jumex hasta el 30 de octubre de 2022. Curaduría: Marielsa Castro Vizcarra / Cartas escritas por: Rodrigo Ortiz Monasterio.

Publicado el 28 ago 2022