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Chantal Peñalosa Fong

Chantal Peñalosa Fong

Ghost Stories / Cuentos de fantasma

Exposición

-> 6 may 2023 – 3 jun 2023

Proyectos Monclova

hoy abierto 11:00AM 5:00PM

Proyectos Monclova presenta Ghost Stories / Cuentos de fantasma de Chantal Peñalosa Fong.

Cuentos extraños para revelar secretos

Por Adriana Melchor Betancourt

En China existe un género literario conocido como zhiguai xiaoshuo. Este género traducido al español como “cuentos extraños” o “registro de anomalías” en ocasiones es entendido como un precursor de la literatura de ficción. No obstante, las recopilaciones de estas historias de lo extraño narran acontecimientos fantasmagóricos, de seres raros, situaciones inusuales o encuentros con mundos fuera del ordinario; que pese a su naturaleza peculiar y marginalidad, subrepticiamente han conformado la historia semioficial del país. En Ghost Stories / Cuentos de fantasmas Chantal Peñalosa Fong recurre a la estructura de estos relatos para tejer los fragmentos que narran su historia familiar, la cual fue marcada por la persecución anti china en Baja California durante la década de los veinte y treinta.

Por cerca de diez años el trabajo de la artista se ha caracterizado por explorar varias líneas de investigación, de entre las cuales destacan: las acciones respectivas como trabajo improductivo, el fragmento, las historias al margen, las presencias fantasmales, la ausencia como una medida espacio- temporal y la memoria. Particularmente, el uso del video como hilo conductor o dispositivo de narración. Para su más reciente exposición en Proyectos Monclova, la artista recurre a la literatura china para reunir fragmentos de la memoria que le permitan “escribir” un cuento extraño de presencias fantasmales. No como ficción, entendida desde la tradición literaria occidental, sino potenciando las esencias de zhiguai xiaoshuo, en un relato liminal entre historias no oficiales y recuerdos extraños que no han podido narrarse.

En el libro Strange Tales from a Chinese Studio, se encuentra el relato de La pared pintada. En este cuento los personajes representados cobran vida y un hombre entra a este mundo y se enamora de una de las mujeres jóvenes. Su acción es perseguida y la única manera en que él escapa es a través de la escucha, poco a poco los sonidos de persecución se van mezclando con las voces de las personas que lo acompañaban antes del suceso. Al abrir los ojos se encuentra de nuevo con sus acompañantes, pero la escena de la pintura ha cambiado. Historias de objetos inanimados que adquieren vida son parte de un tipo de relatos recurrente en las leyendas chinas. El cuento antes mencionado se desarrolla en tres temporalidades e intercala ilusiones que se vuelven realidad y viceversa. El modo en el que se activa esta suerte de portal hacia el mural es a través de la mirada y su salida es la escucha. Así como en este relato el tiempo y la experiencia son capturados en gestos de supuesta permanencia e inmutabilidad, la nueva producción de Chantal Peñalosa Fong articula varias capas narrativas y tiempos, los cuales cruzan materiales de archivo públicos y familiares, la literatura y la historia del arte chino.

La migración china al continente americano comienza a mediados del siglo XIX, como una de las consecuencias de la expansión del imperialismo europeo. China tuvo que ceder una parte de su territorio, así como otorgar privilegios a países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos. A partir de ese momento las comunidades chinas migraron a diferentes regiones del mundo, y especialmente al continente americano. En lugares como el estado de California en EE.UU. las personas chinas trabajaron en minas, en la industria ferroviaria, la agricultura, cultivo de algodón, entre otros. Las regiones que más albergaron comunidades chinas fueron: San Francisco, Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Seattle.

En algunas ocasiones esta migración fue voluntaria, pero en su gran mayoría la gente fue forzada e incluso secuestrada para trabajar en estas áreas. Las travesías eran largas y mortales, los barcos eran insalubres y la gente enfermó de disentería o tifoidea. Cuando Estados Unidos endureció sus leyes migratorias, concretamente para restringir la migración china, se incrementó la llegada de estas comunidades al territorio mexicano hacia los estados del norte del país y a algunos estados del sur.

La llegada de los primeros inmigrantes chinos a Baja California fue en 1877. Dicha población igualmente fue utilizada como mano de obra para la industria ferroviaria, la agricultura y, en Yucatán, se dedicaron al cultivo del henequén. En Mexicali, por ejemplo, la empresa Colorado Riverland Co. destinó sus tierras al cultivo de algodón para cubrir la gran demanda en Estados Unidos. En cada una de estas jornadas imperó el maltrato brutal y el fallecimiento de muchas personas jornaleras chinas.

En las primeras décadas del siglo XX comenzaron en el norte de nuestro país a surgir movimientos antichinos. La primera región fue Sonora en 1916. Luego en 1921, Baja California organizó una campaña persecutoria en contra de la comunidad china. Y así hasta la década de los treinta, la gente fue forzada a huir, esconder sus nombres y apellidos, olvidar su lengua y sus orígenes. En el caso de la familia de la artista, los hombres Fong huyeron hacia California, en Estados Unidos, y las mujeres permanecieron en el territorio mexicano borrando su apellido y cualquier indicio de su origen para sobrevivir.

En la serie Cotton observamos esculturas en bronce de flores de algodón que recuerdan a una de las actividades agrícolas que la comunidad china desempeñó. Mientras que en las piezas

Boats.Junks.Photocopies observamos imágenes de archivo intervenidas que nos muestran barcos anclados cerca de muelles, algunos se nos presentan en primer plano, otros son paisajes que bien podrían recordarnos a marinas, no obstante, como se sabe el viaje para esta comunidad fue brutal. Así que también estas imágenes podrían tratarse del puerto de Ensenada, vía de llegada de mucha de la población de origen asiática.

Para la serie de paisajes, la artista le preguntó a su abuela qué recordaba de China antes de su llegada a México. Esta narración oral se procesó con un programa de inteligencia artificial que reconstruyó estas memorias en imágenes. Así como en el cuento de La pared pintada en donde el sonido y la mirada están presentes como portales para acceder a un mundo y a otro, en estas piezas la voz de la abuela Fong guían al procesador para descubrir una imagen a la que sería imposible acceder con la mirada. Así también, estas imágenes están intervenidas con acuarela y la composición de todas ellas hacen referencia al género en pintura chino paisajes azul-verde (qinglu). Estas pinturas, realizadas con minerales para dar los tonos verdosos-azulados y a veces con acentos dorados, representaban las propiedades mágicas que los seres inmortales imaginaban en sus mundos y también hacían alusión a pasados distantes o a otras dimensiones.

Por su parte, el video que lleva por título Fong es una pieza que la artista grabó en el barrio chino de San Francisco, California, región en la que se establecieron los hombres de su familia durante las campañas antichinas. Los lugares que se observan en estas imágenes se acompañan del relato que la propia artista conoce a partir de las narraciones que las mujeres de su familia hacen de este suceso. Mientras que para el segundo video titulado 1929, parte de una fotografía del archivo familiar tomada en el mismo año en el que se intensifican las persecuciones antichinas al norte del país. En varios de los documentos oficiales dirigidos a presidencia, se puede leer el racismo descomunal hacia las personas chinas. Sin duda uno de los capítulos más vergonzosos en la historia mexicana. Tampoco quedaron exentos los medios impresos que apoyaron las varias campañas de limpieza étnica al norte del país o las instituciones de salud pública esparciendo información falsa acerca de la población.

En Ghost Stories / Cuentos de fantasmas las obras son una narración anómala, un cuento extraño que revela un secreto. Sobre las campañas antichinas en estados como Sonora, Sinaloa o Baja California, cada vez más podemos encontrar publicaciones y textos que dan cuenta críticamente de estas atrocidades realizadas por la sociedad mexicana y los gobiernos de México. No obstante, lo que Chantal Peñalosa nos presenta es una historia personal alejada de los datos demográficos y las estadísticas de migración. Este es un relato familiar que sobrevivió en los pliegues de una historia oficial escrita. Trascendió como un relato oral narrado entre mujeres que desafiaron la permanencia del texto. Las piezas que nos presenta la artista son una manera de hacer legible los secretos que ayudaron a una comunidad a sobrevivir.

— Proyectos Monclova