Arróniz presenta la exposición de Emanuel Tovar, Sólo un poco de materia.

Según Guy Davenport en su libro Objetos sobre una mesa, el último pensamiento coherente que tuvo Nietzsche antes de perder la razón, era que toda historia y todo significado son arbitrarios, una ficción de nuestra mente. La única certidumbre que podíamos tener era que todo acontecimiento podría ocurrir una y otra vez. Esta visión de Nietzsche sobre un destino cíclico, durante su estáncia en Turín, se convertiría en inspiración para las pinturas de Giorgio de Chirico.Para la exposición Sólo un poco de materia en la Galería Arróniz, Emanuel Tovar toma como referencia las pinturas metafísicas de Chirico, que resaltan la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte y encuentra cierto paralelismo entre estas escenas creadas, y composiciones fortuitas de elementos que encuentra en talleres de trabajo. Así, estas inquietantes imágenes pictóricas en las que reconocemos objetos que, sin embargo, parecen estar en un plano irreal suspendidos en el tiempo, se fusionan con materiales, herramientas o prendas de uso cotidiano tomadas de lugares reales. Tovar propone una integración alternativa entre realidad y ficción, entre tragedia y miseria, entre lo material y lo intangible, entre las Bellas Artes y la monótona cotidianeidad.Instrumentos musicales, frutos, insectos, libros, piedras y guantes entre otros, son utilizados -en casos moldeados y replicados-, para configurar nuevos escenarios en donde acciones ordinarias, placeres mundanos y cuestiones filosóficas entran en juego. A través de estos objetos, reflexiona sobre el movimiento, la fricción y el tiempo como ineludibles escultores naturales, siendo éstos muy contundentes agentes erosivos de la materia. Encuentra narraciones contenidas en simples cosas que revelan rastros de la existencia humana.

— Arróniz