Saenger Galería presenta Robert Janitz + Yoab Vera: un diálogo una presentación en dúo inédita entre Robert Janitz (Alemania,1962) y Yoab Vera (México, 1985).

La muestra reúne una breve selección de pinturas que destaca dentro del repertorio de los artistas por tratarse de cuerpos de obra que ponen de relieve su marcada impronta personal, así como las abundantes aproximaciones que existen entre ambas producciones, a partir de los procesos de construcción pictórica: la gestualidad casi performática, la carga matérica, la síntesis formal, y el interés por lo meditativo-contemplativo.

La selección comprende, por un lado, las características piezas de Janitz que sintetizan formas caligráficas y rítmicas sobre un fondo de color degradado a partir de la carga matérica de elementos, tales como harina y cera mezclados con óleo sobre lino crudo. Estas piezas componen líneas verticales y diagonales que suben y bajan, construidas a partir de una gestualidad repetitiva y metódica, que resignifica los movimientos básicos de las manos. Por otra parte la muestra, comprende los singulares horizontes de Yoab Vera: módulos que exploran el concepto de paisaje y su cualidad inmersiva, a modo de visualidades universales de contemplación que, volviendo sobre un mismo motivo, combinan, tal como Janitz, materiales del entorno, como el óleo en barra y el concreto. Estas pinturas tienen su génesis compositivo en un primer acto performático, donde el artista “desprende” el lienzo —previamente cargado de pintura— de una base que le da sustento, para propiciar las superficies que darán lugar a una obra intuitiva.

En el ejercicio de ambos artistas, la pintura pasa a ser menos representativa y desafía lo táctil. Vera lo define como lo “contemplativo háptico”, una suerte de asir lo intangible del recuerdo desde lo sensorial y lo perceptivo; en cambio, en la obra de Janitz es lo espontáneo y semiautomático, remite a una preocupación por el movimiento mismo. En ambos casos, se admite el azar pero también un sistema controlado de trabajo, se impone la gestualidad del impasto y una vibrante paleta cromática, síntesis de la forma, vitalidad del trazo y una repetición del motivo como ritual meditativo.

— Saenger Galería