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Fernando García Correa

Fernando García Correa

Piedra, papel o tijera

Exposición

-> 7 sep 2021 – 6 nov 2021

Le laboratoire

La galería Le Laboratoire presenta la primera exposición individual de Fernando García Correa en sus instalaciones, muestra especialmente diseñada para el primer GAMA WEEK (7-11 septiembre, https://www.gamamx.art), semana del arte organizada por la recién constituida Asociación de Galerías de la Cuidad de México. La muestra permanecerá hasta el 6 de noviembre y se incorporarán nuevas piezas a la largo de su periodo expositivo.

La exposición Piedra, papel o tijera de Fernando García Correa presenta una nueva serie de esculturas realizadas con distintos tipos de ónix y mármol así como recinto. Al igual que en sus series de pinturas y dibujos, la ejecución de estas piezas parte de parámetros simples y definidos que gradualmente se van alterando. Lo anterior refleja el interés de García Correa, en relación a la serie, no solo por generar una estructura sino también por descomponerla. En el caso de las piezas de esta serie sin titular, el principio básico es el encuentro en ángulo de la horizontal y la vertical, una forma que rechaza una masa compacta y que, al contrario, le imprime cierto dinamismo a la escultura. Más aún, dicha forma aparece desde la antigüedad como una solución escultórica perenne, tal y como se puede apreciar en algunos ejemplos de tallas prehistóricas asiáticas o de estatuaria mesoamericana. En este sentido, las piezas de García Correa retoman esta solución mediante la abstracción, con el fin de explorar las relaciones que establece una pieza con otras y, en conjunto, con la situación espacial donde los espectadores nos encontramos situados.

Ciertas cuestiones técnicas del proceso de producción de las esculturas determinan, en parte, dicha solución marcada por el encuentro de la horizontal con la vertical. El corte de la piedra es central en esto y marca cierto ritmo en la serie. Esta forma de trabajar los distintos minerales establece cambios de proporción o escala en las esculturas, a partir del proceso de corte y talla. Más aún, dentro del conjunto de piezas existen varios ejemplos donde se puede observar cierta descomposición o variación de los determinantes esenciales de la serie. Ejemplos de esto son algunas esculturas cuyo elemento vertical se va ensanchando en uno de sus extremos u otras piezas que presentan una especie de escalón al término del soporte horizontal. Estas cuestiones emparentan su producción escultórica con sus series de pintura y dibujos en las que conceptos como ritmo, regla y descomposición, así como proporción son de primera importancia.

En relación a este último punto, no se puede escatimar el interés que García Correa puede tener con respecto a las cualidades materiales de las piedras que utiliza y la forma en la que se pueden vincular con su producción bidimensional. El ónix, por ejemplo, al ser cortado perpendicularmente en el sentido de la veta tiende a producir diseños lineales que pueden recordar series de pinturas y dibujos realizadas por el artista desde el 2001, como Continuo y 5039 (ambas del 2006). Las esculturas hechas con este mineral que pertenecen a esta serie, de hecho, cuentan con este tipo de corte, subrayando su diseño lineal. Dentro de la exposición Piedra, papel y tijera también se presentan piezas en piedra que se podrían asociar a otros trabajos del artista. Estas obras se articulan a través de esculturas con una solución compacta que se instalan sobre el muro, en relaciones que pueden agrupar desde un número reducido de elementos monocromáticos hasta conjuntos que llegan a alcanzar una escala mural. Bird (2021) es un ejemplo de este tipo de piezas. Trabajos como este pueden recordar murales hechos con una multiplicidad de elementos modulares, como 1010P250 (1997-99) o 11.701.7P1059 (2002).

A la par de estas esculturas y piezas en piedra, también se exhiben dentro de Piedra, papel y tijera varios dibujos que se pueden relacionar con distintas series producidas por el artista. Cuatro piezas Sin título, por ejemplo, retoman el énfasis en la línea que caracteriza a numerosos de sus trabajos anteriores. Realizados con tintas de distintos colores, las líneas inundan la superficie del papel hasta concretar la apariencia de monocromos – una solución que se aproxima a intereses pictóricos. Otros dibujos que se respaldan en este sistema de líneas cuentan con un trazo más orgánico, como si su movimiento estuviera condicionado por una topografía secreta que se oculta en el papel. Este tipo de piezas se prestan fácilmente a establecer una correspondencia formal con las más recientes esculturas del artista, a partir de las vetas que presentan algunas obras.

Dentro del conjunto de obra sobre papel, destaca el tríptico A, B, C (2021) compuesto de piezas de mayor formato y dispuestas en un sentido vertical. Más que líneas, esta obra retoma el motivo circular que también ha sido constante en la producción de García Correa desde mediados de los años noventa. De hecho, las distintas esferas representadas en cada uno de los tres pliegos de papel japonés parecen referirse a distintas series del artista en las que la circunferencia se encuentra presente, como Piel, Sombra de bosque o Suculentas. El proceso de producción de este tríptico estuvo determinado en un principio por las manchas que dejaba la tinta al aplicarse en un pliego de papel sobre los otros dos. No obstante, este criterio inicial no excluyó el diseño de circunferencias autónomas, de acuerdo a la solución específica que demandaba cada elemento que compone este trabajo. A, B, C, así, es ilustrativa de la lógica detrás de la producción de García Correa en lo que respecta a la articulación de determinantes de una serie y su posterior descomposición.

— Daniel Garza Usabiaga