Se presenta la exposición Ser Ajeno de Alicia Ayanegui en la Sala:GAM.

La pintura es verdadera y exacta. Está, en su infinita perfección, resguardada detrás de cada lienzo en blanco, papel vacío y brocha limpia, esperando paciente e inmóvil los embates inútiles de aquellos que buscan cazarla. Fallan siempre, porque el juego de la pintura, y su gran engaño, es que es asequible.

Sabemos, los que jugamos el juego, que la pintura está ahí, oculta y seductora. A veces su guarida se hiere y muestra alguna luz desde adentro, nos calienta con alguna pista y dirección sin decirnos mucho, pero es presa imposible. Porque el ejercicio de la pintura existe, fundamentalmente, por esta imposibilidad.

Lo que vemos en muestras y lienzos, en pláticas y textos curatoriales, son las ruinas de esa batalla, perdida de antemano. Nos interesa, en realidad, el proceso de la derrota, tanto como el recuento de esos brevísimos instantes en donde sentimos asir la verdadera naturaleza del arte.

Alicia describía, en vísperas de la presente muestra, una sensación de profunda enajenación con las piezas que aquí se presentan. De ahí el título de la exposición. Estos lienzos, por primera vez en su ejercicio como pintora, transitaban como independientes de ella. Así lo sentía y así lo siente.

Esta aparente incomodidad es, en realidad, prueba irrefutable de que Alicia Aya- negui es una pintora en el más profundo sentido del término; aquella que habita la paradójica realidad de que, efectivamente, la pintura es, más allá de quien intente hacerse de ella.

La pintura, en su forma más pura, es el ser ajeno.

— Bartolomé Delmar